por Fermín Goiriz Díaz
Escribe mi “amigo” el politólogo que él no está para echar gasolina sino para el debate leal y constructivo. Lo cual es muy sano y hasta yo podría sumarme a su posición. Pero me pregunto de qué vamos a debatir y, sobre todo, ¿con quién? Porque, para que se produzca un debate tiene que haber dos o más partes que, aún partiendo de diferentes propuestas, logren alcanzar un acuerdo aceptable. Y en estos momentos no encuentro un interlocutor en el Gobierno dispuesto a ello. El Sr. Rajoy al que considero poco preparado para tal cosa y, como sospecho que lo sabe, lo evita a toda costa o sale por el garaje huyendo de cualquier “incendiario” con micrófono, pluma (me refiero a la estilográfica) o lápiz o, en sede parlamentaria, contesta despectivamente a sus interlocutores… Su única aportación al buen gobierno, de momento, es la de leer los comunicados que le imponen desde el BCE o de la famosa “troika” o desde donde sea, mientras la indigna Andrea Fabra glorifica sus tijeretazos al grito de “¡QUE SE JODAN!“ y aprovechar la coyuntura de esta gran estafa financiera europea para regalar lo poco que todavía era de todos los españoles a los insaciables jefes del cotarro, o sea, a los grandes grupos financieros privados, a cuenta del sacrificio de los más desfavorecidos. Porque otras propuestas existen.
Qué debate puede haber con quien está cometiendo un fraude electoral al incumplir una tras otra sus propuestas electorales, se puede debatir con quien nunca ha dicho una verdad -si la dijo, no me consta- en su vida política.
Qué debate puede haber con quien se pliega a las exigencias de la muy germánica majestad sin la más mínima oposición a la verdadera pirómana del proyecto europeo, la señora Merkel.
Qué debate ni que leches… esto es una estafa “amigo”. Tu lo sabes y colaboras a ello desde tu púlpito pero, afortunadamente, me consuela saber que ese colaboracionismo te condena a los infiernos, lo cual, para un creyente como tú debe de ser algo horrible ¿no?.
¿Qué debate?
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