Leyendo al politólogo oficial del reino

por: Fermín Goiriz Díaz

La verdad que lo mío con el chandala no uniformado es para que me hagan un examen médico. El hombre, día sí día también me produce unas urticarias de mucho cuidado y yo, erre que erre cual masoquista, no puedo evitar el caer en la tentación y termino leyendo sus chorradillas -no menores que las mías, eso es cierto-, claro que también leo las esquelas que, por cierto, algunas son verdaderas joyas. Sobre todo cuando ves que los cuatro hermanos del finado, ya fallecidos también, ruegan una oración por el alma del difunto. ¿Hay vida después de la muerte?, en las esquelas queda claro que sí.

El susodicho, en su artículo de hoy, no se corta un pelo y sin rodeos insulta a aquellos que salimos a la calle a reclamar, cuando menos, justicia. Decir que los que nos manifestamos el Primero de Mayo padecemos una especie de “levitación colectiva” no solo es un insulto sino que, además, es una falta de respeto, lo cual es bastante peor que un insulto.

Afirma el articulista que los ciudadanos, se refiere a los que levitamos supongo, hemos decidido abandonar a la Merkel y abrazar a Hollande en la creencia de que con el líder socialista francés retornaremos a la época de las vacas gordas y que los milagros no existen ¡Te van a excomulgar!. Eso, amigo, lo tenemos muy claro desde hace bastante tiempo.

Habla el catedrático, que defiende la política restrictiva del gobierno popular; de la vorágine megalómana; de las estaciones del AVE; de la Sanidad y de la madre que me parió -¡Una santa! Por cierto- En el caso de la megalomanía no queda otra que coincidir con el profesor, porque supongo que se referirá al Gaiás, pensado y construido – en parte- para mayor gloria de Manuel Fraga. Claro que no estaría de más recordarle otras infraestructuras que dejaron atónitos a los “levitantes” ciudadanos. Como ciertos aeropuertos; puertos deportivos; maquetas de edificios a millón el mm2 y que no se construyeron nunca; grandes premios de Fórmula 1… Y lo que te rondaré morena. Todos ellos en la Comunidad Valenciana, ejemplos claros del estilo de gobernanza del PP y que el propio PP ya en el Gobierno de España tuvo que rescatar, aunque utilizando uno de esos eufemismos que tanto le gustan al Gobierno de Rajoy, por su incapacidad para hacer frente a las deudas contraídas.

Y como todos estamos de acuerdo en que no se puede hacer el milagro de los panes y los peces, más que nada porque los milagros no existen, si se podría hacer una gestión diferente de los fondos públicos con una mejor redistribución de la riqueza, sin tener que cargar siempre el muerto sobre los más desfavorecidos. Qué tal si el Gobierno suprime las subvenciones a la enseñanza privada o deja de perdonar a los defraudadores o anula las exenciones de la iglesia… por citar sólo algunos ejemplos. Pero sospecho que eso es mucho pedir. Mientras, yo, como hace el rey pero sin hacer lo que él hace, voy a seguir ejerciendo mis derechos constitucionales… mientras me dejen, pero eso ya es otra historia.