Dios como centro de la polémica

Menudo cristo (con perdón), el que se armó con la publicación en los medios de unos párrafos del libro de Stephen H. Hawking «The Grand Design». Donde, entre otras cosas, escribe que no hace falta Dios para explicar el Universo. Y digo yo…

A mí, que exista Dios o no, no me crea ningún problema. Desde hace unos cuantos años he descubierto que exista o no; llegará un día en el que se me acabarán los gozos y las sombras de mi existencia en la Tierra. Lo que ocurra después, también me da igual. Si existe el ente abstracto en cuestión estoy seguro de que comprenderá los pequeños o grandes errores cometidos durante mi travesía vital y que, sin mayores problemas, llegaremos a un entendimiento aceptable. En caso contrario, ya se lo pueden ustedes imaginar…

Lo que me preocupa es lograr mejorar como persona, amar al prójimo como a mí mismo (cosa difícil, pero deseable), etc, etc. Y no que Dios o los dioses existan o no. Lo que realmente me inquieta es la actitud de los, teóricamente, representantes de las divinidades en la Tierra, quizás los menos respetuosos con el mensaje enviado por Dios o dioses. Eso sí que me desasosiega porque, además, estos representantes sí son entes tangibles.