La medida del tiempo

El instante

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño

de espadas que los tártaros soñaron,

dónde los fuertes muros que allanaron,

dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?

El presente está solo.  La memoria

erige el tiempo. Sucesión y engaño

es la rutina del reloj. El año

no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo

de agonías, de luces, de cuidados;

el rostro que se mira en los gastados espejos

de la noche no es el mismo.

El hoy fugaz es tenue y es eterno;

otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

(Jorge Luis Borges)

Con Torrente en el Café Novelty

Después de dejar los bártulos en la habitación del hotel situado en la calle Azafranal nos fuimos directos hacia la Plaza Mayor de la ciudad. La verdad es que no teníamos necesidad de apurar la visita, íbamos a estar un par de días más en Salamanca y, además, la plaza en sí no era lo primordial en nuestra estancia. Al entrar en la plaza sin apenas prestarle gran atención a la cosa nos dirigimos directamente al “Café Novelty”. Queríamos comprobar que don Gonzalo Torrente Ballester seguía ocupando su sitio en la mesa de hierro y mármol de la entrada al café. Y allí estaba, con las piernas cruzadas, sus manos asiendo el bastón y emitiendo un suave silbido mientras observaba sin mirar a la gente que paseaba por la plaza o entraba y salía del Novelty. Como cualquier otro turista no resistí la tentación de inmortalizar la figura en bronce del profesor nacido en Serantes. Del escritor universal, don Gonzalo Torrente Ballester…