Aunque he de confesar que no me sorprende, sí me indigna el desinterés -por decirlo de una manera suave- que demuestra el presidente de la Xunta, Alberto Núñez, por la comunidad que preside. Lo digo porque las dos máximas autoridades del gobierno gallego, el titular de la Xunta y la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, abandonaron ayer sus puestos de trabajo (eso son, ¿no?), sin más justificación que la de asistir como palmeros a la toma de posesión de su correligionario Mariano Rajoy, como presidente del gobierno.
Esta actitud no tendría nada de particular si la citada toma de posesión no coincidiera con el pleno en las cortes gallegas en el que se debatían los presupuestos comunitarios para el próximo ejercicio económico. Podría decirse que se trataba de la sesión más importante del año porque de su resultado se desprenden las directrices que han de marcar el devenir de los gallegos a lo largo del próximo año… Continuar leyendo aquí
Fermín Goiriz Díaz 