Tengo un virus

Bueno, tengo uno o millones… Pero como no dispongo de los medios para cuantificar la cantidad de hijos de mala madre que me tienen derrotado física y mentalmente lo dejamos así… Aún a pesar de la fiebre y los dolores musculares varios, ni un solo día los cuatro que llevo infectado me he dejado llevar por el desánimo, muy al contrario, he entablado una lucha endiablada contra el o los invasores neoliberales y como campo de batalla elegí la cama. Encendí la radio, sintonicé el dial de Radio Pirináica, puse el orinal con un chorrito de lejía bajo la cama, me abastecí de agua (del grifo) y pañuelos desechables que coloqué estratégicamente sobre la mesilla de noche para evitar en lo posible que, en una fase de delirio febril, mandase todo al carajo y que mi circunstancia primigenia, apiadada por mi delicado estado, tuviese que poner de nuevo todo en orden. Lo dicho me tendrán jodido por una temporada, pero les advierto que como buen hidalgo gallego resistiré.
Por Fermín Goiriz Díaz