Elucubraciones domingueras

Podría ser martes o jueves, pero es domingo. El Día del Señor para unos y para otros el día en que juega su equipo de futbol favorito y para algunos, incluso, el día para leer. También hay quien aprovecha el domingo para no ver a ningún señor, ni preocuparse de su equipo de futbol, ni leer siquiera su gaceta preferida… lo dedica a no pegar palo al agua, yo pertenezco a este grupo. Claro que en mí eso es lo habitual, lo que hago todos los días del año. Alguno pensará que poner fotos o escribir en el blog no deja de ser un trabajo, el que piense eso está totalmente equivocado. Trabajar es  como lo dice su propio nombre una traba, un coñazo del que la mayoría de los mortales no pueden escapar ni siquiera después de la jubilosa jubilación. Sin embargo,  lo mío no se puede considerar un trabajo porque, aunque requiera de mi tiempo e incluso algún que otro esfuerzo de baja intensidad, me entretiene.  Odio tener que forzar mi cerebro y mucho más mis músculos en menesteres que no lo precisan y, así, tenerlos a ambos en buen estado para ser utilizados cuando el enemigo ataca sorpresivamente, cosa que suele ocurrir los lunes.