Me huele a nazismo

Me pregunto si nuestros dirigentes mundiales, me refiero a los que cortan el bacalao, evidentemente, están solamente ocupados en crear un nuevo orden económico o la cosa va mucho más allá y también barajan la idea de convertirnos, definitivamente, en simples máquinas a utilizar según nuestras aptitudes sin ningún otro interés hacia nosotros. Transformarnos en meros números debidamente descerebrados en todo aquello que no sea de interés para los fines que decidieron que les somos útiles.
Digo esto, porque, al margen de la famosa crisis económica del capitalismo de casino; observo como el discurso político de los jefes de negociado de las sucursales bancarias pretende vaciar de contenido las normas que amparaban cierta libertad crítica del sistema. Parece como que han llegado a la síntesis y en consecuencia dan por fenecida la dialéctica; la histórica, la marxista y hasta la ambigua…
Qué quieren que les diga tras este esfuerzo intelectual que he realizado ¡ni yo mismo lo sé! Pero me huele a nazismo puro y duro lo que se avecina, tanto por el fondo como por las formas.

Por Fermín Goiriz Díaz

Deja un comentario