Por Manuel Lago (Economista)
La Voz de Galicia, 30 de noviembre de 2012
Empezó Mariano Rajoy, cuando el 10 de junio dijo aquello de que había solucionado el problema logrando «una línea de crédito» en condiciones ventajosas y sobre todo, sin contrapartidas, para irse a continuación a Polonia a ver un partido de la Eurocopa. Nos engañó porque menos de seis meses después, lo que hay es un préstamo, que tenemos que devolver euro a euro, pero que nos obliga a aplicar un durísimo plan de ajuste que pagarán los trabajadores con miles de despidos, los pequeños ahorradores estafados con las preferentes y todos los contribuyentes españoles durante los próximos años.
Nos engañó antes de ayer la Unión Europea y su comisario Joaquín Almunia porque basándose en ese concepto tan etéreo de sistémico, le daba a Bankia la oportunidad de continuar en solitario mientras que condenaba a Novagalicia a ser vendida a otra entidad antes del 2017 o en caso contrario a ser liquidada.
Nos engañó el presidente Feijoo, o lo engañaron también a él, porque en su debate de investidura defendió como positivo el plan de saneamiento de Novagalicia, tutelado por el Banco de España y decidido por la Comisión Europea, porque daba un plazo de cinco años que servirían, según Feijoo, para consolidar el proyecto.
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